No existe acto más invasivo y profano que un beso en la boca.
Besar con hambre, con prisa, con furia.
Besar con la excitación propia de irrumpir una casa ajena.
Y probar la cama, comer el pan de la mesa.
Besar como rugir, con el pretexto
cavernario del territorio.
Besar apropiando, gobernando.
La boca como nación, como ayuntamiento;
la única entrada para acceder
a la cueva profunda del invadido a gusto.
3 comentarios:
Mireia te leí. En tu corta prosa nos contagias de desnuda provocación. Me sacaste las ganas de ponerle talento y corazón a mis picoretes. Gracias.
Y baré de besos, a la próxima oportunidad… ¡qué se me venga a la memoria "Proxemia"! me daré al beso con todo regodeo. Amante tripulación: si me entrego a esta estrategia y he morirme en batalla, hagan Santa a mi República. Y de mi beso un himno arrobador, hedonista y faldero.
Tuya,
Lo.
Baré: “A propósito” en caló cubano.
Reniego de quienes dicen que besar es un arte. Para mí el beso es la acción de incorporar el arte con un método no establecido, ora puede ser violento, ultrajar la belleza como celebración de su existencia, ora la sutil marea del influjo de una mirada enamorada.
Es una acto divino y este texto es enorme, gracias Mir, de verdad me has emocionado.
Carlo, debes favorecernos, no hay pecado.
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