En la cavidad de su pecho encontré el sonido de la lucidez y el eco mismo de la serenidad. Postrado en mi asombro permanecí contemplando los ríos de rabia, la misma en la que arden sus detractores. Y en la profundidad del entendimiento que su forma sugiere, la inmensidad no necesita explicación.Cuando despertó, su mirada tranquilizaba mi instinto, como la madre al recién nacido.

2 comentarios:
:)
En contraposición a "Arena"; "La Forma" me apunta sin recelo, unicamente con premura de amamantar a los huérfanos -huérfanos como yo-
Suya,
Lo.
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario