Cómo me sentiría hoy, por la tarde y de noche compartiendo las melodías de tus ronroneos.
Pienso en que necesito que me des una ojeada entre estos espacios que separan,
Tu Lo.
Hacemos el amor posible.
"Advierta que la vida tiene bucles extraños. De hecho es muy probable que usted NO sea el motor de la vida en este planeta, ni siquiera de la suya".
Ante el vacío nosotros tomamos los riesgos, padecemos implacable el placer para sufrir o reír, con suerte ambas. Somos quienes pretenden el peligro domar y la belleza emancipar del devenir. Aquí estamos, somos los amantes y hacemos el amor posible.
Pienso en tu sexo de
finales de abril y principios de mayo.
La suavidad, la espuma
de tu verga-mar
en oleada,
azotando rabiosamente
en mi pelvis de costa y faro.
Soy tu playa,
pero también soy tu orfandad,
tu continente, tu amputación.
Pero no.
Yo soy tu tigre
Hacia el final de mis tiempos tendí la mano al mundo. A ciegas encontré un tramo de lo que alguna vez fue y era un puño de arena. Nunca antes había llorado como lloré aquella noche. Esa fría arena habría sido la mejor respuesta para todas mis añejas preguntas. ¿Acaso merezco tan tibia muerte? No rompí la línea de la subordinación cuando la esperanza aún tenía carne y vestido. Me he necesitado tanto, la sed por mí ha crecido y el colapso del tiempo se ha postrado como la única figura en mis dunas, resumen de mis extintos mares.
Cuando despertó, su mirada tranquilizaba mi instinto, como la madre al recién nacido.